El nombre de “El Chavo del Ocho” se refiere al hecho de que
el programa inicialmente se transmitía por el canal 8, aunque más tarde cambió
de frecuencia y se convirtió en el canal 9. Después, se justificó con el número
del apartamento en el que vivía el Chavo.
Su contenido fue calificado por la crítica como “vulgar”,
“bobo e insulso”, “enajenante” y “no recomendable”. De hecho, una de las
principales críticas fue la violencia explícita a través de los golpes e
insultos entre algunos de los personajes.
Hay un capítulo de ‘El Chavo del Ocho’ que nunca se emitió.
En el episodio 142 el niño protagonista moría atropellado por culpa de sus
travesuras. Fue un experimento del creador, Gómez Bolaños, que no gustó a los
actores y amenazaron con dejar el rodaje. Finalmente nunca vio la luz.
El Chavo no vivía en el barril (aunque a veces se
insinuaba). El Chavo compartía su casa con alguien que nunca apareció (al igual
que la puerta del piso). Gómez Bolaños reveló en su libro que el Chavo llegó a
su apartamento tras escaparse de un orfanato en el que le pegaban. Una mujer
mayor le acogió en dicho apartamento, pero falleció al día siguiente.
Nunca se supo el verdadero nombre de El Chavo, ya que todas
las veces que intentaba decirlo era interrumpido.
Carlos Villagrán era famoso por tener siempre los carrillos
hinchados de aire. Pero, por extraño que parezca, no usaba ningún tipo de
relleno en las mejillas. Sólo las llenaba de aire y hablaba al mismo tiempo.
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