Por Edwin Santana
Hace unos días hicimos un debate entre jóvenes profesionales
sobre los principales problemas que afectan a nuestra nación. El debate tenía
como objetivo, primero determinar y definir los problemas, luego determinar un
orden de importancia de modo que sepamos cuál sería el problema fundamental y,
consecuentemente, saber por dónde y cómo atacar y resolver el mismo.
La lista
resultante, en orden, fue la que sigue:
1. Educación deficiente
2. Pobreza
3. Corrupción
4. Violencia
5. Racismo
Y es que, como he asegurado en otros artículos en este y
otros medios, la educación es la base de lo que exhibirá la sociedad en el
futuro respecto a valores morales, conducta y nivel de riquezas.
En la
educación inicial se forman los futuros hombres y mujeres que habrán de
dirigir, y educar a su vez a la nación. Si hay deficiencias en la educación,
definitivamente las habrá en todos los ámbitos de la sociedad. En nuestro país
estamos viendo cómo profesores educados deficientemente –probablemente de
manera premeditada- han sido los
educadores de una sociedad que hoy exhibe lo que el Dr. Báez Bisonó llama “la
moral del asigún” en su libro Filosofía
de la delincuencia; un modus vivendi que promueve todos los antivalores siempre
y cuando éstos nos convengan en un momento determinado.
En consecuencia, la
educación es el eje: si enderezamos a los niños, tendremos hombres derechos y
eliminaremos los demás problemas citados en la lista anterior y colocados
debajo de este gran problema de la MALA EDUCACIÓN.
Proverbios 22:5-7
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