En nuestro medio, cuando se habla de filósofo
lo primero que llega a la mente de nuestro interlocutor son cosas como:
-Persona Abstraída (que vive en el
aire)
- Loco
- Ateo
- Habla mucho para decir poca cosa.
Y lo bueno de la filosofía es que,
entre otras cosas, también tiene de eso,
pero no mucho más que la medicina, la psicología, la economía o cualquier otro
campo del saber, porque la carrera a la que te dediques no será la que
determinará tu personalidad.
Yo estudio filosofía y no soy un
abstraído: ando en un motor entre muchísimos conductores de otras motocicletas
y vehículos, imprudentísimos que, de vivir en el aire, no estaría, al menos
entero, hablando de esto.
Locos, los hay en todas las carreras,
dicen que de poetas y locos, todos
tenemos un poco.
Ateos: conozco maestros de filosofía,
algunos de ellos doctorados en filosofía que son religiosos, específicamente
cristianos (católicos y evangélicos).
En ese ámbito tenemos el notabilísimo
caso de Xavier Zubiri, un filósofo español que enfoca gran parte de su
filosofía a demostrar, y de hecho demuestra, de manera racional (no por fe) la
existencia de Dios.
Una gran mayoría de nuestros jóvenes
ignora que la filosofía existe como carrera. Incluso cuando llegan a saberlo y
se interesan en ella, son bombardeados con las dudas sobre qué campo tendría una vez graduado, aparte de tener que
enfrentarse con las críticas negativas y burlonas antes mencionadas.
Y es que, a riesgo de sonar un poco
paranoico, a nuestros sistemas de gobiernos, no les conviene el auge de la
filosofía, por una simple razón: la filosofía enseña a pensar.
Un pueblo que piensa (que sabe lo que
quiere) es muy difícil de manipular al antojo de unos pocos, cuando no
imposible. Y la filosofía ha demostrado ser la causa principal de los grandes
cambios a través de la historia. Así lo demuestra Jostein Gaarder en su libro El mundo de Sofía (el cual recomiendo
por enseñar filosofía de una forma atípica y entretenida).
Nuestra intención como filósofos de
estos tiempos, denominados por algunos como “la sangre nueva de la filosofía”,
es promover la filosofía como carrera, y recordarle al mundo que a los seres
humanos lo que nos diferencia de los demás animales es la racionalidad, la
razón, así que:
¡HAY QUE
DARLE USO!
Por Edwin Santana
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